“¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros
padres?” (Joel 2:2)
El 2020 fue un año muy inusual. Un virus desconocido apareció en Asia y se esparció por la faz de la tierra. Sumió a las naciones en el caos, el miedo, la confusión, la incertidumbre y la desesperación, causando estragos en millones de personas. En un momento, casi todo el mundo se paralizó debido a los confinamientos.
¡Algo sin precedentes!
Cuando finalmente parecía que el mundo estaba saliendo de la pandemia, ocurrió otro evento desconcertante. En febrero del 2022, Rusia invadió Ucrania. ¡Algo totalmente inesperado!
Estos dos sucesos han derivado en diversas problemáticas que afectandirectamente a las naciones, estas son: la escasez alimentaria, escasez energética, crisis económica, inflación, etc. A lo que también se le añaden los desastres naturales como inundaciones, huracanes, incendios y tormentas invernales. ¡Todo esto está aconteciendo en el mundo!.
¿Qué está pasando en el planeta? ¿Qué está diciendo Dios?
La Iglesia fue sorprendida por la pandemia, en lugar de tener una perfecta visión de lo que el Señor estaba haciendo y diciendo para el año 2020. A pesar que el pueblo de Dios está destinado a ser profético, esto nos tomó por sorpresa. Lamentablemente, nuestra respuesta no fue muy diferente a la del mundo y muchas “visiones proféticas” erraron por completo.
¿Es Dios quién orquestó estos parones? y si es así, ¿por qué lo haría?, ¿Qué trataba de decirnos?
¡Dios expuso nuestra falta de oración, nuestro corazón insensible y duro, nuestra falta de visión profética y nuestra falta total de preparación para las tormentas presentes y las venideras!
Dios está sacudiendo todo. Está sacando a la superficie nuestras fallas, nuestra falsa confianza, nuestras pasiones y anhelos errados.
Él interrumpió divinamente nuestra vida habitual, pausó la Iglesia y al mundo para producir en su pueblo un despertar y darnos cuenta del tiempo en el que estamos en la historia humanidad. Así que prestemos atención a lo que Él está diciendo.
Hay un pasaje en la Palabra que habla de nuestra actualidad, este es Mateo 24:
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras(…). Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:6-8, NVI)
Según las señales dadas en este pasaje podemos afirmar que estamos al principio de los dolores de parto. Mateo 24 nos advierte de la intensificación de ellos, por medio de la persecución, la traición, el odio hacia los creyentes e incluso el martirio.
Naturalmente hablando, los dolores de parto comienzan de forma leve y de manera poco frecuente. Luego se aumenta la frecuencia e intensidad hasta que finalmente nace el bebé. En otras palabras, la intensidad de las crisis venideras aumentarán y los momentos de quietud serán cada vez más cortos.
El tiempo de Isaías 60
El tiempo de Isaías 60 Con la llegada de la pandemia del Covid-19, nos hemos adentrado en la temporada de mayor intensidad de la historia humana. Estamos en una Nueva Normalidad y ya no volveremos a la “Vieja Normalidad”.
Espiritualmente hablando, hemos pasado de un tiempo de paz a un tiempo de guerra. También se han dado varios sismos, unos positivos y otros negativos. Todos ellos han traído cambios constantes y drásticos que afectarán al futuro.
Isaías 60:1-3 es el pasaje que mejor describe la dinámica espiritual del fin de los tiempos. La oscuridad se volverá más densa, a medida que nos acerquemos al fin de la era. El pecado y la iniquidad alcanzarán su punto máximo (Dan. 8:23) cuando Dios permita que el hombre siga el mal deseo de su corazón y manifieste con sus acciones quién es (2 Tesalonicenses 2:7; Mateo 24:12).
Por otro lado, la verdadera Iglesia de Jesús, aquella que comprende los tiempos y se prepara, se fortalecerá, arderá y brillará más. ¡Mostraremos su amor y llevaremos la gloria de Dios a todo lugar!
Entramos al tiempo de Isaías 60 y aunque haya una escalada de oscuridad y crisis sin precedentes, a su vez también la luz resplandecerá y se manifestará la gloria de Dios sobre el pueblo que comprenda, se alinee y se prepare para ello.
En su misericordia, Dios pausó todo y habló. De hecho, en este momento Él te está parando y te está hablando. Te está invitando a participar en el derramamiento de su gloria, reservada para esta hora en el derramamiento de su gloria, reservada para esta hora.
Covid-19 fue un “toque”, una interrupción en nuestra vida, en nuestra historia, un baño de agua fría para despertarnos a la realidad de Dios, a su historia y narrativa. Él expuso nuestra torpeza espiritual, nuestra falta de discernimiento profético y de preparación, pero nos vuelve a invitar a alinearnos con Él y a dejar atrás el estancamiento.
Él nos llama a prestar atención a sus instrucciones, a recibir su gracia y empoderamiento, su celo por nosotros es grande. Acepta su invitación y sé parte de su equipo en el capítulo final del Fin de la Era.
De la reprensión a la invitación
En medio de la perturbación y la reprensión se halla una invitación. Esta es la de abrir la puerta de tu corazón a Jesús, quien está parado a la puerta y llama (Apocalipsis 3:20).
Él nos está invitando a abrirle nuestro corazón. Sólo Él podrá alimentarnos, fortalecernos y refinarnos, para ser parte de su equipo, manifestando su luz y gloria en un tiempo como este. Responde a la invitación de Jesús (de Apocalipsis 3:20) en este momento de preparación para los tiempos venideros.
¿Le abrirás la puerta de tu corazón?
Si el Señor ha tocado tu corazón, te animamos a que le respondas y que le abras. Escucha lo que Él quiere decirte y empieza a conversar con Él acerca de todo lo que te ha sido revelado en este correo electrónico.